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SARS–CoV–2 es un virus de RNA que pertenece a la familia de coronavirus y tiene el potencial de infectar al ser humano. El virus está formado por proteínas estructurales y no estructurales, siendo las primeras las que favorecen el proceso de infección a la célula huésped. La velocidad de transmisión del virus varía de acuerdo a la localización y las medidas para frenar el contagio.
Los mecanismos de transmisión se dan principalmente por contacto con gotas o aerosoles formados en la vía aérea de una persona infectada; sin embargo, el contacto con superficies como potencial fuente de propagación ha tenido un papel importante en la evolución de esta pandemia.
El principal sistema afectado es el respiratorio; sin embargo, el virus tiene tropismo por muchas órganos que cuenten con receptor ACE2, por lo que los signos y síntomas, así como las complicaciones de esta entidad, son muy variados.
Los coronavirus son una familia de virus envueltos formados por una cadena de RNA monocatenario con sentido positivo, y tienen el potencial de infectar animales y humanos.
Pertenecen a la familia Coronaviridae, subfamilia Orthocoronaviridae, la cual se clasifica en cuatro géneros: alfa, beta, gamma y delta, siendo los dos primeros los que tienen potencial de infectar al ser humano.
SARS–CoV–2 es un betacoronavirus envuelto con diámetro aproximado de 60 a 140 nm, cuyo genoma tiene aproximadamente de 27 a 32 kb, el cual codifica proteínas estructurales y no estructurales. Tiene 16 proteínas no estructurales, las cuales están implicadas en la replicación del genoma viral y la transcripción de RNAm. Dentro de las estructurales tenemos cuatro proteínas que son imprescindibles para su infectividad y replicación.
El número de reproducción básico para una enfermedad contagiosa, o el R0 estimado al comienzo de un brote, indica el número de casos secundarios que pueden ser infectados por un caso primario en una población sin inmunidad subyacente, vacuna o medidas preventivas. Cuando R es mayor de 1 es probable que aumente el número de personas infectadas. Con el tiempo el número reproductivo efectivo (Rt) cambia a medida que más personas se infectan y se implementan medidas de salud pública para contener la propagación. Factores como la aparición de nuevas variantes con diferentes niveles de transmisibilidad pueden afectar el número Rt, siendo el objetivo de los sistemas de salud que el R sea menor de 1, lo cual indicaría que la intensidad del brote va en descenso.
Para SARS–CoV–2 el R0 estimado por la OMS fue inicialmente de 1.4 a 2.5; sin embargo, estudios subsecuentes estimaron un R0 de 3.28, lo cual sugiere que cada paciente con la infección tiene el potencial de infectar en promedio a tres personas.